lunes, 17 de noviembre de 2008

Biografia de mierda

"De aquel Claudio de antes ya no queda nada, tan sólo un Claudio de mierda"

Lunes. 9 de junio de 1986. El país es una euforia. Hace diez días que el Mundial empezó. Los ratones verdes van de líderes del grupo B con tres puntos, El gato Fernández le para un Penalti a Hugo Sánchez, lo que le vale a Paraguay sacar un punto. Pique hace de las suyas y provoca la ola en los estadios, aunque la que le da el ambiente a los comerciales mundialistas es la afamada Chiquitibum con su playera rota y sus grandes melones.

El futbol es lo único que alegra al mexicano.

El clima, por su parte, es la tristeza de los regocijos mundialistas. El cielo se encapota. Una fuerte granizada provoca inundaciones en las zonas oriente y norte de esta caótica ciudad; el pronóstico para los siguientes días es el mismo. Lluvia, frio y calor futbolero.

El peso cada día pa´bajo y el dólar pa´rriba.

Las serpientes de asfalto se tiñen de rojo. 24 horas, 168 accidentes, 128 heridos, 20 muertos., carreteras bloqueadas por horas, gente molesta, cláxons desgarrando oídos y lágrimas de más.

También, el mundo está de locos aquel día. El Tío Sam se alista porque la triple K (kukuxklán), vestida de blanca muerte encapuchada, amenaza con ahorcar y ejecutar a otros cuyo vestido negro traen tatuados en la piel, en la frontera con nuestro país.

Pero no todo es tan malo. Por fin los calvos tendrán su problema resuelto, gracias a una droga probada en Michigan, que provoca que más sangre circule en la cabeza, lo que según dicen, hará crezca cabello a montones. ¡El invento del siglo! (notan mi sarcasmo)

El mundial sigue su curso. Aquel día se juegan dos partidos cruciales de la tercera fecha. En Paris se hace fiesta, porque su selección golea a la húngara tres por cero. Mientras, el socialismo Soviético da sus últimas muestras de triunfalismo al acabar con las aspiraciones de la capitalista Canadá por diferencia de dos goles.

Muchos se quedan en casa para verlos y disfrutarlos. Otros permanecen en cama por tanto problema que afecta a este país. Rosa Alba no es una de unos ni de otros.

Cuatro de la mañana, siente unas ligeras pataditas anunciando que el parasito que carga en su vientre está a punto de salir, después de nueve meses de alimentarse de ella.

Se pone lo primero que encuentra. Le Llama a su comadre, quien, junto con su esposo, arrancan el carro modelo 1980 para llevarla al hospital Troncoso. Las enfermeras le asignan un cuarto, según hay que esperar los estudios, además la fuente aún no se rompe.

9 de la mañana. Rosa Alba está impaciente, siente contracciones pero no le atienden. Quiere llorar, es su primer hijo. Por fin la fuente se rompe. .Los doctores la atienden rápido, no quieren perderse los partidos de futbol. Así que a las 9:35 de la mañana nace un pequeño niño más para la estadística.

Pesa 3 kilos. Tiene mucho pelo, así que no tendrá que procurarse por quedarse calvo, aunque si se quedara, dentro de varios años la droga para llevar sangre a la cabeza y que nazca mas cabello se habrá mejorado y no tendrá de que preocuparse (aja). Es blanco como la nieve, así que se camuflajea entre la pequeña cobija que los doctores le ponen después de la nalgada obligatoria dizque para destaparle las fosas nasales.

Lo llevan a realizarle algunos estudios. Está en perfectas condiciones, Así que lo colocan en una cuna junto a su madre. Ahí duerme apaciblemente, no piensa en nada. Ni en la caída del petróleo, ni en al triple K, ni en los ratones verdes, ni en la Chiquitibum, ni en los dos millones que el “Carrizo” le robó a Manuel Negrete, ni en el país de mierda en el que nace, ni si quiera piensa en un mañana. Él sólo duerme, tranquilo, con ansias de despertar para alimentarse otra vez, como un parasito, de su madre.